jueves, 5 de abril de 2012

Orden y desorden



La espiral que dibuja la euforbia, ese ritmo tranquilizador de las regularidades. Esas dos gotas de lluvia, caídas al azar, rompiendo la ilusión de un mundo claramente ordenado. Me intriga profundamente el por qué de ese orden y desorden, ese azar, esa pregunta que las formas dibujan en mi pensamiento.

La imagen lleva mi marca naturalezaypoesia.es

miércoles, 28 de marzo de 2012

Soñando la primavera



Sueño la primavera
esta noche.
Los narcisos borrándose
como el recuerdo
de tu cuerpo.
...
En invierno
altos esqueletos blancos
en la fuente,
chopos sin hojas
esperando la vida.

En mi sueño hay caminos
que se pierden a lo lejos.
Nadie daña las formas
ni interrumpe la vida.
Nadie hiere ni es herido.

Recuerdo una tarde
hace ya tanto tiempo.
Trinchaste con los dientes
el tallo de una planta
y la savia te quemó la lengua,
te escribió palabras
en el vientre, como fuego.

Pero yo sueño estos narcisos
como sueño tu cuerpo,
sin aristas,
como esa voz tan suave
con la que me llamas
y me invitas a tu casa
.

El texto y la foto son míos.
http://naturalezaypoesia.es es mi página Web

domingo, 15 de agosto de 2010

Videopoema



Atardeceres y preguntas. Imágenes y texto míos, bajo mi concepto naturalezaypoesia.es

lunes, 2 de agosto de 2010

No puedo esperar a mañana


No puedo esperar a mañana
para encontrar el sentido de la vida
para saber que soy cobarde
egoísta, orgulloso y algo feo
y que me siento estos días
especialmente triste y solo

No puedo esperar a mañana
para escuchar la voz que dice
que la vida es así todos los días
que parezco menos feo si sonrío
que sonreir es contagioso
que no es incompatible con la pena

No puedo esperar a mañana
para escribir este poema
para saber que estoy vivo
No puedo esperar a mañana
porque el sentido de la vida
es tal vez no esperar a mañana

Foto y poema de Javier Gutiérrez

lunes, 19 de julio de 2010

En los poemas viajan las preguntas


en los poemas viaja una pregunta
los poemas hablan de caminos
narran siempre
un viaje
que nadie comprende
acaso dejan
la sensación del viento
una tarde de tormenta
la humedad en el aire
el vino de hesse en la posada
deseando no ser
nunca mas
un viajero
pero nadie comprende
los dibujos inscritos en el alma
los puentes imposibles de palabras
el dolor de escribir
en los poemas viajan las preguntas
que no saben ser dichas
y que nadie contesta


foto y texto míos

domingo, 7 de junio de 2009

Por la noche escribo


Qué forma de vida es ésta, persiguiendo un instante fugaz, la escena de una mariposa sobre una orquídea, cierta luz, cierto fondo que expresa la suavidad que quiero transmitir. Qué es, para qué, para qué tanta gente haciendo esto, para qué uno mismo haciendo esto. Una gota de agua en el mar, y sin embargo una gota es el mar. Ahora es de noche, llueve interminablemente, casi con violencia. Las mariposas se habrán resguardado entre las hojas de los bojes, debajo de las orquídeas. Yo en mi refugio escucho la lluvia, escucho la lluvia y quiero decir algo. Para eso fotografío y para eso escribo. Esta forma de vida, este camino.

Recorro todo el día la montaña.
En mi camino mariposas, flores.
Por la noche escribo.

(en realidad esta imagen y texto los subí a una galería de fotografía de naturaleza, http://www.miradanatural.es/galeriausuario.php?id=943 . Releyéndolo me doy cuenta de que, cada vez más, fotografía poesía y naturaleza son para mí partes de un mismo querer sentir, querer decir. Por eso les hago un hueco en este blog de fotopoemas) 

viernes, 7 de noviembre de 2008

La pregunta en las gotas de la lluvia



Qué buscas en cada gota de lluvia

Tumbado sobre el suelo
Con la cámara en la mano
Contemplando esa hoja caída del temblón.

Te has quedado ajeno a la fotografía
Absorto en esos mundos transparentes
En su aparente desorden, pensando
Cuántas gotas en cuántas hojas de cuántos otoños
Desde el comienzo, y por qué
Y por qué precisamente este dibujo
Esta forma que ahora capturas
Con la intención acaso de exponerla al mundo.

Aunque la imagen repite una historia de siempre
En el fondo, lo sabes, habla de ti,
De esa pregunta profunda ante las formas,
Ante la magnitud de las combinaciones,
La repetición, la diferencia, y sobre todo
Te preguntas por qué te quedas quieto
Tras haber hecho la foto, contemplando
Esas gotas, como si la tormenta
Te hubiera limpiado de todo pensamiento
Y fuera suficiente esa calma
Esa calma
Contemplando la lluvia sobre las hojas caídas.

jueves, 11 de septiembre de 2008

El agua me reconcilia con la vida



Esta tormenta de final de verano...
Hay gotas de lluvia sobre las flores muertas.
Dibujo mi tristeza con la luz de la tarde
Y al agua, nuevamente, me reconcila  con la vida.


Imagen: brácteas de una catananche caerulea que ha perdido ya sus flores de colores. Esta planta se usó en tiempos pasados para preparar filtros de amor.  


martes, 25 de marzo de 2008

La fuente del Furco


Me he tumbado en el suelo
para fotografiar las primaveras,
para sentir el contacto con la tierra.

El viento ha traído gotas de aguanieve,
El sonido de las hojas del roble.

Me he sentado en la fuente del Furco
A beber un poco de agua.
A meditar, mientras se acerca la tormenta.

Todo está en calma:
El ramillete de primaveras que crece en el talud.
Los tejos, el acebo, los avellanos.
Incluso el agua, que no tiene prisa.

También yo estoy tranquilo.
Comprendo que soy una parte del todo,
Un hombre que medita en la fuente del Furco.


sábado, 1 de marzo de 2008

Tránsito: exposición de Fotopoemas III. Primavera.

(Fotografías y poemas de Javier Gutiérrez Palacio. Bar Saudade. Avda Almozara 42. Zaragoza. Desde el 19-2-2008)


Primavera
Explosión de vida
Alegría

martes, 4 de diciembre de 2007

Tránsito: exposición de fotopoemas. Parte I: Otoño

(Fotografías y poemas de Javier Gutiérrez Palacio. Bar Saudade. Avda Almozara 42. Zaragoza. 7-12-2007 a 5-2-2008)



TRÁNSITO

Vendrá la muerte.
Será quizá
como volverse sombra,
como planear entre la luz y la oscuridad
,
como una mariposa en calma.
Vendrá la muerte y será quizá

como un tránsito,

como un viaje a través del vacío.

Será desvanecerse.
Disolverse en el agua.
Volver a formar parte de todas las cosas


Más información sobre la exposición...

martes, 20 de noviembre de 2007

Naturaleza y fotopoesía


Hoja de otoño.
Atrapada en el cristal
del río helado.

Escribí el haiku pensando que pronto llegarían las primeras heladas. Mi mente estaba llena de los colores del otoño, de la intensidad de la naturaleza antes del letargo del inverno. Hay un momento, unos días, quizá unas horas, en que el esplendor del otoño pervive cristalizado en los remansos de hielo. Dos mundos cruzándose fugaces, colores fríos y cálidos, azules y grises, rojos y amarillos . Más tarde el paisaje se vuelve blanco y todo queda en calma.

Los días siguientes a la redacción del poema tuve la oportunidad de recorrer los cursos de agua de los altos valles del pirineo central. Por las noches la temperatura rozaba los diez grados bajo cero. Los días eran claros y limpios, el cielo azul intenso. El agua helada mostraba como una vitrina de cristal sus tesoros de hojas otoñales, todavía brillantes, de colores intensos. Y más tarde, el sol. El sol en la mañana fría, un comienzo de deshielo que al caer la tarde se interrumpía casi bruscamente. En mis paseos intentaba atrapar esa luz dorada, fotografiar ese mundo increíble. Casi feliz, aunque dominado por el ansia de atrapar la belleza con mi cámara de fotos. Días llenos de vida al final del otoño.

Supe entonces, sé ahora, que poema y fotografía forman parte de un mismo intento. Mis fotopoemas son, quizá, dos lenguajes que hablan de una misma emoción, la emoción indefinible de la naturaleza, de sus significados y relaciones ocultas. Un intento de mostrar la belleza de las cosas. Pero también una mirada en los espejos del agua, del hielo. Un viaje interior. En mi alma viven hojas de colores alegres.

sábado, 10 de noviembre de 2007

Más allá de la ventana


Más allá de la ventana
está el otoño
como otro mundo,
como el mundo de afuera
tan impensable, imposible,
pero tan hermoso,
borroso.
El fresno.
Las hojas del fresno.
El atardecer. Un viento ligero.
Yo estoy en casa, tranquilo.
Me rodean mis pensamientos.
Me dan un poco de calor.

Mañana al amanecer retomaré la vida.
Habrá escarcha en las hojas
quizá por vez primera en este otoño.
Habrá luces doradas, reflejos,
el paisaje será como un cuadro de colores,
con unas pocas nubes
y un cielo azul intenso.

Entorno un momento los ojos:
más allá de la ventana
se desdibuja la tarde.
Enciendo la luz del cuarto,
me pongo cualquier cosa de abrigo
y me siento a cenar.

sábado, 27 de octubre de 2007

El cuarto de las ratas


En las casas de antes
había un cuarto oscuro,
baldosas como para jugar a la rayuela
paredes irregulares
anteriores incluso al papel pintado
y una cortina roja de terciopelo.
La cortina, seguro, se recogía a los lados del pasillo
era como la puerta a otro mundo, con un fleco redondo de color vino.
Las casas de antes tenían grandes armarios
donde era posible, cuando chicos, entrar por una puerta y salir por la otra,
jugar al escondite entre olores de alcanfor.
Las casas de antes tenían poyo y macetas
y seguramente un jilguero
o un periquito que decía: Pilar, a misa, a misa, a misa.
En las casas de antes había caramelos escondidos,
un perchero de madera con una efigie en relieve, muchas nostalgias.
Ustedes, seguro, habrán adivinado
que las casas de antes, de antiguo,
son solamente una casa,
una casa que yo he conocido de pequeño.
La niebla del recuerdo o del olvido
dibuja en mis sueños las puertas,
los corredores sin fin, los candelabros de bronce,
las alfombras. Ahora soy mayor, tengo otra casa
una casa en un pueblo con un cuarto de las ratas (un cuarto sin ratas, todo hay que decirlo)
una casa que es de ahora pero un poco de antes con su espejo
con esa niebla extraña de los espejos antiguos.
Es, seguramente, otra forma del recuerdo,
un espejo bajo la escalera reflejando el cuarto de las ratas,
los paneles de plástico, las vigas carcomidas, la humedad,
y, sobre todo, las familiares telarañas.
Una casa y un cuarto que no son los de mi infancia,
aunque mi casa de ahora es una casa de antes
un recuerdo extraviado, un futuro borroso
un lugar donde vivir.

Hay un otoño alegre


Reflejo de haya
Mediodía de otoño
Alegría

El otoño, a veces, es alegre. Cálido con sus colores rojos y amarillos, con el oro de las hayas a la luz de mediodía. Hasta el río azul, azul porque es agua y azul porque refleja el cielo inmenso, se tiñe de colores alegres. El movimiento del agua desdibuja el reflejo de los árboles. Sólo queda esa imagen abstracta que dibuja un sentimiento, una sensación que ahora intento compartir. Hay un otoño alegre que nos devuelve a la vida.

viernes, 21 de septiembre de 2007

Fotografía, naturaleza, poesía





Limodorum abortivum carece de clorofila. De ahí su extraño color. Me produce una inquidetud indefinible cuando la encuentro. Al abrirse esas extrañas flores de color de vino parece que van a echarse a volar.

Poco a poco voy desentrañanado aquello que persigo, le doy nombre y lo sitúo en el espacio: Fotopoemas: fotografía, naturaleza, poesía

viernes, 20 de abril de 2007




















Estuvo lloviendo casi todo el día. Bajamos el camino del Sorrosal con los paraguas de colores, escuchando la lluvia y mirando el paisaje velado. Más tarde, cuando llegamos, me fui solo, hacia Fragen, por el camino antiguo. Había cladonias, primaveras, helechos. Encontré una violeta de seis pétalos y unos pocos rayos de de sol de la tarde. El ambiente estaba triste y hermoso. En el borde de un prado había un penitente, recortándose azul sobre la hierba lejana. Quise captar esa sensación de lluvia, ese verde húmedo contra el que se recortaba. En el Pirineo hay muchas tardes así, de lluvia y de colores apagados, tardes que producen una sensación indefinible de melancolía.